domingo, 18 de noviembre de 2007

Alegoría Sexual

Sexo en todo el sentido de la expresión, sexo, sexo impúdico e insolente, el de matorral, sexo matutino con huevos revueltos, sexo inverosimil de cuatro manos, sexo anudado por relámpagos de fuego, el sexo crudo y descarnado, sexo oblicuo y sobre un paralelógramo biológico, sexo de frutillas cargado al rojo, sexo agonizante y moribundo, sexo de la sangre, sexo afrancesado con cruasán y Lautrec llorando, sexo florido bajo los árboles del pudor, sexo traidor, sexo apaciguado con leche, sexo templado por musitadas súplicas, sexo con alevosía y mermado por el placer recalcitrante, sexo de la mentira, el sexo de los amantes, el sexo “cybernauta”, sexo de las distancias.

Sexo inflacionario, sexo de la indigestión del mundo circundante, sexo estival con nubosidad mentalmente parcial, sexo etimológico de la antigüedad oriental, sexo, el de la mecánica relación sexual, sexo pálido pero mortal, sexo sexualmente ontológico, sexo muy trágico en lo premarital, sexo imputado por la sociedad, sexo engolillado en la estriba campal, sexo enardecido por la cristiandad, el sexo de la sumisión, sexo “Sine qua non”, sexo inmanente, sexo ferozmente animal, sexo de la crueldad, el sexo de Artaud, un sexo teatral, sexo tántrico y védico, verdadero karma sexual, sexo, el de la elevación espiritual.

Ay sexo crudo y descarnado, ese sexo impredecible, sexo inmutado claramente insoslayable, y también un sexo adverso, el panta rei y el fuego del sexo, sexo triturador de la inocencia, sexo a veces bárbaro y pagano, sexo estoico como el de la academia, sexo primordial, Einstenio sexual, sexo electrónico y de orbitales radiales. Sexo, sexo, sexo una vez más, sexo en la mentepsicosis, sexo de reiteración universal, panteísmo del sexo y de Dios por antonomasia, que sexo más paradojal. Sexo, sexo, sexo, quién sabe por qué, quién sabe con quién. Sexo, sexo, sexo; y ya no puedo más..

domingo, 4 de noviembre de 2007

En el Invierno

Ella corre sobre una alfombra de hojas caídas
rozando el suelo con la desnudez de sus pies;
y se sonroja bajo las ramas de un árbol
mirando al cielo mientras la baña la lluvia.

Se hace parte del aire y el agua
mientras se mezcla riendo con la tierra,
no sabe de trabajos ni de su nombre,
ella es feliz conversando con las aves mientras corre.

Ahora el invierno le oscurece los ojos;
y cada vez que llueve quiere volver gritando,
porque hay muerte con el frío del sur en su memoria.

Trata incansablemente de retroceder el tiempo
pero la tristeza no le deja mover las manos,
por eso aún se encuentra
corriendo sobre la tierra y sobre el miedo.

Cada invierno se encierra en su cama
sin saber que afuera
le espera una alfombra de hojas;
mientras la lluvia de sus ojos
le cierra las puertas de su boca.