sábado, 16 de mayo de 2009

En el inventario de mi alma

Hay una música lejana que se entona en la memoria,
hay palabras recursivas que te nombran y te nombran,
hay juegos, algunas luces que no veo
y artimañas caducadas que se cuelgan de tu pelo.

Hay un libraco semiabierto
lleno de fotografías en blanco y negro.
Mi árbol familiar está marchito
y se enreda en la sonrisa marxista de mi abuelo.

Te pareces a mi madre indecisa con mejillas resbalosas.
Eres un buen sueño de invierno
sentada en la parte más preciada de mi cama.

Eres el recuerdo apareciendo cuando te vas,
un recorrido incómodo por toda mi infancia.
Hay tantas caricias y febriles deseos latiendo
¡Qué poco me calman tus manos de crema!

Hay algo de mí recordando en este instante,
una parte está escribiendo y la otra se esconde celosa.

Es tan violenta tu presencia,
amenaza con destruir los recuerdos,
pero también hay conversaciones interminables
y un YO que está pensando indeciso.

Hay ciertos arañidos que me duelen y me infectan de tristeza,
hay fotos no muy viejas
y, también, cartas que gritan en alguna parte.

Hay mucho de ti en tan poco tiempo;
y hay tan poco de mí entre tus brazos.
Hay vivencias presentes que reclaman,
pero también hay recuerdos, muchos recuerdos.

3 comentarios:

Nahiomy dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nahiomy dijo...

Y leí por ahí unos abrazos inconcientes en un despertar naranjo. Me pregunto ¿Cuántos de esos hay en este inventario, y en el mio ahora?
El mio, lo se , está repleto de esos... de absurdos inconcientes
=)

Anónimo dijo...

Constante y sonante, como la plata mi amigo. Por fin escribiste y que buen retorno.

"Mi árbol familiar está marchito
y se enreda en la sonrisa marxista de mi abuelo." - me encantó esa parte.

Y luego de la presentación vienen las declaraciones y los dolores. Muy sincero.

¡Un cinco!