sábado, 16 de mayo de 2009

Un viejo regalo

Es tu incertidumbre la que me hace divagar
y comprimir mis deseos.
Estoy harto de hablar con un tú que no tiene nombre,
que ondea vaporoso y porfiado como tus preguntas,
como tú, como tú ya debes saber muy bien.

No sé, quizás hay cuadros
con marcos de filo impostergable
que no tocan las paredes por vergüenza.

Puede que no esté adulando como siempre,
pero tú no debes ser un continente
repleto de rosas podridas y besos disecados.

Si escojo otras palabras
es porque contigo camino en otro espacio,

Es que a veces no tengo labios
y se ha vuelto tan difícil atraparte con la mirada,
que te suplico, no te enfades
si es que alguna vez me callo por sorpresa.

Y tampoco alteres la curva de mi escrito,
porque también se me ha quedado clavado como tú,
como tú en medio de la nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siento que esta es una carta con ganas de poema. Como carta la encuentro buena, como poema regular.